Pero el prestigio de los mayas no se debió solamente a sus sabios, sino también al esfuerzo, la disciplina y la obediencia de sus agricultores. Estos campesinos dedicaban la mitad de su vida a los terrenos del Estado, sin cuyos productos la ciudad no podría vivir.
La agricultura de milpa o cultivo del maíz era su actividad mas importante. Sin embargo, tenían tiempo para sembrar otros productos como fríjol, papa, calabaza, cacao y aguacate, gracias a la diversidad de técnicas agrícolas implantadas en jardines, huertas y terrazas.
Otra clase de trabajadores eran los constructores, a quienes debían los mayas la construcción de sus ciudades mas importantes( Chi-chén itzá, Mayapán y Uxmal), la estupenda red de caminos y las imponentes pirámides, que en principio fueron únicamente centros de peregrinación y oración, pero que con el tiempo se convirtieron en puntos de encuentro para los comerciantes. Cerca a los templos existían palacios, canchas para el juego de pelota, torres, baños de vapor y depósitos de agua.
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